La protectora: Crónica del día 14-06-15

Hola de nuevo a todos y todas.
Antes de que me echéis la bronca por todo este tiempo sin escribir, deciros que todo tiene una disculpa y espero que me comprendáis, pero perdón ante todo. Una de las causas es la falta de un ordenador decente que me dejase escribir publicaciones en una sola sesión y la otra es que estoy cursando bachillerato, y aunque esto no me ha vetado de ir a la protectora, si me ha quitado todo el tiempo del que disponía para escribir estas pequeñas entradas a mi blog.
Ayer domingo 14 subí a la protectora a eso de las 8:30 para poder empezar los paseos a las diez, pues en verano a partir de las 12 el sol pega tanto que podríamos freír huevos en el suelo de las jaulas. Pero a pesar de la hora de comienzo de las limpiezas yo y muchos mas voluntarios nos levantamos a las 8 o antes para poder suplir las necesidades de nuestros/as huéspedes antes de los paseos.
Ayer me tocó limpiar las heces de las jaulas, que no son pocas, ya que tampoco son pocos los habitantes de las jaulas. A pesar de lo incomodo que pueda parecer esta tarea, es de las mas gratificantes, ya que sabes que lo haces para que estén limpias las jaulas y para reducir focos de infección como pueden ser las cacas en si mismas o las ratas que de vez en cuando cazan nuestros/as peludos/as, que por cierto, ayer recogí una. Después de dejar todas las jaulas limpias entre tres compañeras y yo, ayudé en la vacunación de dos de nuestros peludos, Y diréis que por qué fui a ayudar, simple, porque no se dejan.
Ya llegadas las 10, teníamos esperando a unos 10 paseantes impacientes por pasar un rato con nuestros peludines. Tras sacar y meter perros/as a las jaulas incesantemente durante hora y cuarto, llegó mi momento y el de Gary, el momento de nuestro paseo.
Antes de empezar con nuestro paseo, he de deciros que después de todo este tiempo sin escribir ha pasado una cosa muy importante entre Gary y yo, le he empezado a adiestrar para que vaya mas tranquilo en los paseos de cara a una posible adopción la cual no se cuando llegará pero esperemos que pronto. Deciros que ha progresado muchísimo con este adiestramiento, porque si ya me encantaba pasear con él, ahora lo ansío como si fuese un niño pequeño con ganas de ir a jugar al parque. Con Gary estuve de paseo unos 40 minutos, los mejores cuarenta minutos de la semana, a pesar de haber pasado un día genial en la jornada de Curpillos. En realidad no tengo nada que destacar del paseo con Gary excepto que se me olvidó el peine y el pobre iba por la calle con unas greñas increíblemente hippies, pasaría perfectamente por un perro de la época, imaginaros la escena del paseo, Gary con esa greñas y yo con un buzo impecablemente sucio y con algún que otro roto derivado del juego con los perrines.
Después de la vuelta a la protectora, guardar a Gary en su jaula, cosa que me sigue dando muchísima pena, y acabar con los paseos, todos los voluntarios disfrutamos de unas tartas riquísimas con motivo de la celebración de dos cumpleaños. Después de comer nosotros dimos de comer a los peludines. Ah! Tambien tengo que deciros que Gary se sienta antes de que le ponga el cuenco con su comida.
Y con esto y un bizcocho me despido de vosotros y vosotras agradeciéndoos que me hayáis leído de nuevo hasta el final.